Camino Cierto
Nada. Ni esperarlo, ni observarlo. No era necesario ni conveniente. Nada: atosigar las expectativas, las posibilidades... Abrumar a las estelas doradas y brillantes que lo rodeaban cada vez que avanzaba, retrocedía o permanecía sentado al borde del camino hablando con las flores, abrazando los árboles, conversando con los patos, espantando palomas, cazando atardeceres... Nada. Ni buscarlo, ni encontrarlo. No hacía falta, no valía ni hubiese bastado: perder la calma, ignorar todo aquello que aún no podían ser hechos o palabras pero que latían al ritmo imparable de un idioma compartido, conocido... reconocido... Nada.
Justo saber: saberlo, saberse, sabernos... que la luz de un faro, apagándose suavemente al compás de un sueño, habla; que la alineación perfecta de dos botes de danao en medio de la carretera habla; que los horarios de autobuses y trenes hablan; que hablan el cerrar los ojos, las musas, reencontrar la voz al mismo tiempo y descubrir que siempre había estado ahí... habla, habla tanto y tan fuerte como esta sensación aquí, en el estómago, cada vez que perdemos pie y comprendemos que podemos volar...
Nada. Ni esperarlo, ni observarlo, ni buscarlo, ni encontrarlo... No hacía falta, no valía ni hubiese bastado. Tan sólo saber escuchar a todo aquello que, alrededor, nos confirma a cada instante que recorremos el camino cierto...
Justo saber: saberlo, saberse, sabernos... que la luz de un faro, apagándose suavemente al compás de un sueño, habla; que la alineación perfecta de dos botes de danao en medio de la carretera habla; que los horarios de autobuses y trenes hablan; que hablan el cerrar los ojos, las musas, reencontrar la voz al mismo tiempo y descubrir que siempre había estado ahí... habla, habla tanto y tan fuerte como esta sensación aquí, en el estómago, cada vez que perdemos pie y comprendemos que podemos volar...
Nada. Ni esperarlo, ni observarlo, ni buscarlo, ni encontrarlo... No hacía falta, no valía ni hubiese bastado. Tan sólo saber escuchar a todo aquello que, alrededor, nos confirma a cada instante que recorremos el camino cierto...