Problemas de Geografía Personal

viernes, febrero 24, 2006

El cuento de la isla desconocida

"Dividido entre la curiosidad irreprimible y el desagrado de ver tantas personas juntas, el rey, con el peor de los modos, preguntó tres preguntas seguidas, Tú qué quieres, Por qué no dijiste lo que querías, Te crees que no tengo nada más que hacer, Pero el hombre sólo respondió a la primera pregunta, Dame un barco, dijo.[...]Y tú para qué quieres un barco, si puede saberse, fue lo que el rey preguntó cuando finalmente se dio por instalado con sufrible comodidad en la silla de la mujer de la limpieza, Para buscar la isla desconocida, respondió el hombre. Qué isla desconocida, preguntó el rey, disimulando la risa, como si tuviese enfrente a un loco de atar, de los que tienen manías de navegaciones, a quien no sería bueno contrariar así de entrada, La isla desconocida, repitió el hombre, Hombre, ya no hay islas desconocidas, Quién te ha dicho, rey, que ya no hay islas desconocidas, Están todas en los mapas, En los mapas están sólo las islas conocidas, Y qué isla desconocida es esa que tú buscas, Si te lo pudiese decir, entonces no sería desconocida, A quién has oído hablar de ella, preguntó el rey, ahora más serio, A nadie, En ese caso, por qué te empeñas en decir que ella existe, Simplemente porque es imposible que no exista [...]"

Texto: José Saramago
Ilustración: Gerardo Camargo

miércoles, febrero 22, 2006

Hoy de Ayer

















...Voy a meter mi llanto en una cesta de esparto

y a subir de nuevo a mi atalaya...
Yo no haré de ti un souvenir
ni una promesa al porvenir
que luego acabe en trampa...

Jose Antonio Delgado


Cada paso te aleja de los lugares en los que estuviste. Volverás a ellos pero jamás serán los mismos. Volverás a ti, pero habrás dejado de ser tú. Buscarás en ti pero hallarás encima de un viejo libro aquello que un día te perteneció: una mezcla de agua y arena, un poco de luz, palabras... y todos los pasos que te alejaron de los lugares en los que un día estuviste.

Perspectiva



Abrir el espacio entre las cosas
dejar en medio
la estación y los escombros.
Girar sobre sí mismos los vacíos,
buscar el centro,
lo natural, lo inverosímil.
Cruzar de parte a parte cada ausencia
ausente de color y de sí misma.
Volcar lo perceptible
en la forma sin forma
de los sueños.

Porque cabe la posibilidad
de que todo quepa en lo posible.