Problemas de Geografía Personal

miércoles, septiembre 13, 2006

Un minuto de silencio, Luis del Val


"El dueño del universo se acercó a la gran central galáctica, pulsó el botón del silencio y en un planeta llamado Tierra cesaron todos los sonidos.

En las casas se apagó el temblor de la lavadora, el runruneo del aspirador, el roce de los zapatos sobre el suelo, el zumbido del aire por la campana extractora de humos, el timbre del teléfono.

En las calles cesó el ronco bramido de los motores de los automóviles, el incesante fragor del aire penetrando por los vehículos en marcha, el quejido de las persianas de los comercios, las campanillas de las puertas.

En el campo, la sinfonía del viento pulsando las hojas de los árboles se desvaneció, y los pájaros movían el pico sin que saliera ninguna nota de sus gargantas cantoras. Era triste contemplar el arroyo jugando al escondite por el lecho pedregoso, sin que el tranquilizador sonido del agua pudiera ser escuchado por nadie.

En la costa, las olas saludando a la arena y a las rocas parecían materia pesada y aceitosa, y ni las puntillas blancas de la espuma, ni las ondas, lograban evitar una sensación de congelado terror.

Pero lo que en aquel minuto interminable sumió a los habitantes del planeta en un fundado pánico fue la pérdida de la palabra. Porque es verdad que con la palabra se ofendía, se insultaba, se llamaba al odio, se incitaba a la venganza, se estimulaba, la violencia. Sin embargo, también era la palabra elemento imprescindible para llamar con angustia al hijo en peligro, para saludar a los que llegaban, para despedir a los que viajaban y, sobre todo, para expresar los afectos, el cariño, el amor de los unos para con los otros.

En aquel minuto tremendo y angustioso nadie pudo decir “te quiero”, nadie pudo prometer nada, nadie pronunció “siempre”, nadie dijo “nunca”.
Y el dueño del mundo, observando cómo en ese planeta iba a cundir la más horrible de las locuras, volvió a pulsar el botón y cantaron las fuentes, piaron los pájaros, mugieron los toros, zumbaron los insectos, aplaudieron las hojas al aire que las agitaba, y muchos, muchos, dijeron “te amo” a la persona que tenían al lado.

El dueño del mundo sonrió y salió satisfecho de la gran central galáctica."


Un minuto de silencio
Luis del Val

2 Comments:

  • un minuto muy infinito... saludos.. y entrañablemente un abrazo..

    By Blogger ismael, at 4:42 a. m.  

  • Precioso relato..!
    Un minuto puede ser una eternidad y no pocas veces lo perdemos.
    Se necesita aún menos para llenar o vaciar una vida.
    Me ha encantado.
    Muchas gracias, preciosa

    By Blogger Trenzas, at 3:33 p. m.  

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